De vez en cuando comes un plato de palitos de verduras frescas en vez de un bol de patatas fritas. Y después te arrepientes porque sufres flatulencias. Tu cuerpo, al recibir tanta fibra de un sólo golpe, no es capaz de digerirla. Tú estás furiosa/o porque comes sano para estar mejor, y el efecto es contrario al deseado.